Consejos y Recomendaciones:

La Mochila

La mochila es un equipo esencial para el senderista, ya que es nuestra herramienta de transporte. Una ruta de senderismo, por lo general es una

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Los bastones

Los bastones no son imprescindibles pero su uso aporta grandes ventajas en la práctica del senderismo.   Ventajas: Permiten un adecuado reparto del peso: El

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El Calzado

La elección de un buen calzado es un aspecto clave para practicar el senderismo en las mejores condiciones. Requisitos que debe cumplir el calzado de

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La Ropa

El senderismo es una actividad que se puede realizar en multitud de ambientes y climas y en distintas épocas del año. Mantenernos secos es un

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La Mochila

La mochila es un equipo esencial para el senderista, ya que es nuestra herramienta de transporte.

Una ruta de senderismo, por lo general es una actividad en la que no emplearemos más de una jornada, por lo que una mochila de entre 10 y 20 litros de capacidad es lo más recomendable.

Si pensamos realizar una ruta de varios días, deberemos optar por mochilas de unos 40 litros de capacidad que nos permitan transportar en ellas más útiles, ropa e incluso si es necesario material de acampada.


Características de una mochila para senderismo

  • Buena accesibilidad a su interior, que disponga de varios compartimentos separados para tener fácil acceso a los distintos elementos que transportemos sin tener que remover el contenido completo. Resulta especialmente útil que disponga de un compartimento separado para un sistema de hidratación que nos permita beber durante la ruta sin necesidad de parar ni quitarnos la mochila.
  • Que disponga de una funda impermeable que permita proteger la mochila y su contenido en caso de lluvia.
  • Que tenga buena resistencia a la abrasión además de una buena calidad de las costuras.
  • Que disponga de cintas de compresión laterales para que el contenido quede sujeto adecuadamente.
  • Que disponga de tirantes regulables para adaptarlas a nuestras medidas.
  • Que disponga de portabastones y correas elásticas para poder enganchar exteriormente con facilidad determinados objetos o prendas.
  • Que disponga de correas en los tirantes para apoyar las manos.
  • Que disponga de cinturón y cierre pectoral para sujetarla bien durante la marcha.
  • Que disponga de algún sistema de ventilación de la espalda para evitar una sudoración excesiva.

¿Qué debemos llevar en la mochila?

  • Ropa

La ropa justa que nos permita adaptarnos a las posibles variaciones del tiempo.

En otoño e invierno será especialmente útil llevar:

  • Cortavientos
  • Forro polar
  • Impermeable
  • Guantes
  • Gorra o sombrero que nos proteja del sol

Hay que tener en cuenta que parte de la ropa la llevaremos puesta.

Esa ropa combinada con unos pantalones desmontables y una camiseta técnica de manga larga que podamos remangarnos con facilidad, nos permitirán adaptarnos a casi cualquier condición meteorológica.

  • Algo de comida

En función de la duración de la actividad y las paradas previstas.

  • Barritas energéticas
  • Frutos secos
  • Fruta
  • Bocadillo…
  • Material
  • Gafas de sol
  • Bastones de senderismo
  • Cantimplora, a poder ser provista de una funda térmica
  • Navaja multiusos
  • Linterna
  • Cámara de fotos (opcional)
  • Unos pequeños prismáticos (opcional)
  • Pañuelos de papel
  • Papel higiénico
  • Alguna bolsa de basura
  • Documentación y elementos de seguridad
  • DNI
  • Algo de dinero
  • Teléfono móvil cargado
  • Mapa de la ruta y algún dispositivo que nos permita orientarnos (brújula, GPS)
  • Pilas de repuesto si empleamos GPS
  • Silbato para hacer señales
  • Un pequeño botiquín

Revisar siempre las fechas de caducidad y llevar únicamente las dosis necesarias para una emergencia; no se trata de llevar una caja completa de cada cosa.

  • Protector solar
  • Protector labial
  • Analgésicos (Paracetamol)
  • Antiinflamatorios (Ibuprofeno)
  • Antiséptico (agua oxigenada, Betadine)
  • Alguna venda o apósito
  • Tiritas
  • Esparadrapo
  • Tijeras
  • Repelente de insectos (según la época del año)
  • Los medicamentos específicos de cada persona

Cómo preparar la mochila

Para preparar la mochila hay que seguir unas recomendaciones básicas:

  • Colocar los objetos repartidos en función de su peso, los más pesados en el centro rodeándolos con otros más ligeros y flexibles, de forma que quede un conjunto equilibrado respecto a nuestra columna.
  • Al mismo tiempo, los objetos han de estar colocados en función de su utilidad.

Una disposición estándar sería la siguiente:

  • Zona inferior: La ropa, ya que hace base y no pesa (cortavientos, impermeable)
  • Zona media: Objetos pesados y frágiles (cantimplora de reserva, móvil apagado y cargado, botiquín, guantes, calcetines de repuesto, bufanda pasamontañas).
  • Zona superior: objetos accesibles (comida, protección solar, papel higiénico…).
  • Bolsillo frontal: Documentación, dinero, mapas, linterna, barritas energéticas, mechero, navaja multiusos.
  • Elementos exteriores: Colgados del pectoral o el cinturón (silbato, GPS). Atados en sus anclajes (bastones).

Si usamos sistema de hidratación, irá en el interior.

Una vez llena, ajustar las cintas de compresión laterales para evitar que la carga se mueva.


Cómo llevar la mochila

La mochila ha de ir siempre perfectamente pegada a nuestra espalda, para ello debemos:

  • Tensar las hombreras para ajustar la mochila al contorno de nuestro propio cuerpo.
  • Abrochar y ajustar el cinturón a nuestra cintura para liberar así el peso de los hombros y de nuestra columna vertebral.
  • Abrochar la correa pectoral para conseguir una mayor comodidad al andar y evitar movimientos y oscilaciones.

Consejos

  • La mayoría opta por llevar el móvil a mano, realizando fotos con él, enviando mensajes o llamadas en zona de cobertura. Sin embargo, el móvil es un elemento fundamental de seguridad, por eso, lo colocaremos bien protegido en la zona media de la mochila, siempre apagado y con carga completa; esto nos garantizará su uso en caso de que surja algún problema.
  • No es conveniente llevar objetos sueltos ni colgando del exterior de la mochila, nos desequilibrarán y podemos perderlos con facilidad.

Los bastones

Los bastones no son imprescindibles pero su uso aporta grandes ventajas en la práctica del senderismo.

 

Ventajas:

  1. Permiten un adecuado reparto del peso: El peso de nuestro cuerpo y equipo recae en las piernas. El esfuerzo continuado sobrecarga músculos y articulaciones.
  2. Ayudan a mantener el equilibrio: Se pasa de tener 2 puntos de apoyo a 4.

  1. Estos dos puntos de apoyo extra proporcionan mayor tracción en superficies resbaladizas o difíciles como la nieve, la roca suelta o el barro.
  2. Minimizan la posibilidad de sufrir lesiones: Al repartir el peso se reduce el impacto sobre las caderas, rodillas y pies, sobre todo en los descensos. Al mejorar el equilibrio se evitan torceduras de tobillos.
  3. Permiten tantear el terreno y reconocer características que la vista no puede apreciar, por ejemplo la profundidad de una charca, el grosor de una capa de nieve…
  4. Ayudan a minimizar las molestias de algunos elementos como telarañas, plantas espinosas…


Tipos de bastones

Existe una amplia variedad y su elección dependerá de nuestros gustos y de lo que nos queramos gastar.

Material:

  • Madera: El tradicional que llevaban toda la vida pastores y peregrinos.
  • Aluminio
  • Fibra de carbono: Absorbe las vibraciones, es elástica y mucho más ligera pero también son más caros.

Estructura del cuerpo:

  • Fijos
  • Plegables: Constan de dos o tres secciones que permiten regular su longitud adaptándola a nuestra altura y a las condiciones del terreno y además permiten recogerlos para que ocupen poco espacio en la mochila.

Existen modelos plegables que incorporan un sistema de amortiguación que reduce el impacto al apoyarlo en el terreno. De esta forma se absorben las vibraciones y minimiza el riesgo de lesiones en muñecas, codos y hombros.


Partes de los bastones

  • Empuñadura: Para que su uso resulte cómodo es fundamental que su diseño sea anatómico.

Puede ser de diversos materiales como plástico (el más económico), caucho, gomaespuma, corcho… Algunos modelos incorporan elementos que mejoran y facilitan la transpiración de las manos.

Hay bastones con doble empuñadura que permiten asirlos a dos alturas distintas sin tener que estar ajustándolos continuamente; esto puede ser útil en terrenos con alternancia de subidas y bajadas.

Existen empuñaduras de formas variadas, algunas permiten diversas maneras de empuñar los bastones (vertical u horizontalmente).

Existen incluso modelos que permiten emplear sus empuñaduras como soporte para anclar una cámara fotográfica, brújula o linterna.

  • Dragonera: Es la cinta que va unida a la empuñadura para evitar que los perdamos.
  • Cuerpo: Suele estar constituido por distintos segmentos, telescópicos o plegables para regular la longitud.
  • Elementos de bloqueo: Pueden ser internos enroscables, que se fijan tubo interior por fricción, o externos, mediante presillas, más fáciles de ajustar.
  • Regatón: Es una pieza semiflexible donde se aloja la punta y donde también se enroscan las rosetas.
  • Punta: Es la pieza de remate que hay en el extremo del bastón que entra en contacto con el suelo. Suele estar hecha de tungsteno y soporta muy bien el desgaste.
  • Rosetas: Son de distintos diámetros e intercambiables para poder montar en cada momento las más adecuadas al terreno por el que transitemos.
  • Conteras: Son unas piezas de caucho o goma blanda que puede superponerse a las puntas incrementando la adherencia en terrenos muy duros y que sirven además como protección para evitar clavar accidentalmente las puntas de los bastones durante su transporte.


Uso

  • La longitud correcta del bastón en terreno llano es aquella en que, una vez empuñado y apoyado en el suelo, nuestro brazo y antebrazo forman entre sí un ángulo de 90° por el codo.
  • En las subidas será conveniente acortar un poco los bastones, mientras que en las bajadas es recomendable alargarlos.
  • Asegurarse de apretar bien los mecanismos de bloqueo; un mecanismo mal apretado puede provocar que se hunda una de las partes telescópicas en el peor momento.
  • En zonas accidentadas y escabrosas es recomendable no usar las dragoneras, de manera que en caso de caída queden libres las manos para podernos agarrar y además evitar que se nos pueda fracturar la muñeca.
  • Las rosetas pequeñas son adecuadas para el barro y piedras sueltas, mientras que las de mayor diámetro están más indicadas para la nieve. En terrenos duros no es necesario su uso.
  • Debe tenerse cuidado de no atascar el regatón entre las piedras ya que al hacer palanca es probable que se rompa o se doble el cuerpo del bastón.

El Calzado

La elección de un buen calzado es un aspecto clave para practicar el senderismo en las mejores condiciones.

Requisitos que debe cumplir el calzado de senderismo

  • Protección

Cuando andamos por la naturaleza o la montaña, es fácil recibir o dar golpes a piedras, raíces, etc. Por eso, el calzado debe llevar una puntera reforzada que proteja nuestros dedos, una talonera que proteja la parte trasera del pie, y protecciones laterales y de empeine. La suela también cumple una función protectora; una suela muy blanda nos hará sufrir en zonas duras, con piedras, aristas, etc. Es la diferencia entre tener dolores y molestias y no tenerlos.

La protección que necesitamos no sólo incluye al pie sino también al tobillo.

  • Agarre

La suela es lo que nos une al terreno, lo que nos permite avanzar por terrenos complicados. Tiene que funcionar en terreno seco, mojado, compacto, suelto, nieve, barro, etc. El compuesto con el que están fabricadas y su diseño son fundamentales.

El diseño de los tacos ha de ser multidireccional de forma que nos permita subir eficazmente, caminar por media ladera, o frenar en el descenso con confianza sin patinar.

Una de las mejores, en la que confían la mayor parte de las marcas punteras es la suela Vibram.

  • Estabilidad

Estas protecciones también sirven para sujetar el pie manteniéndolo firme en su sitio. Algo muy necesario, por ejemplo, cruzando una media ladera. Nada más peligroso para nuestra integridad que un desequilibrio en montaña.

  • Flexibilidad/Dureza

Son dos parámetros relacionados y contrapuestos, que suelen estar muy condicionados por el tipo de suela que elijamos. La dureza nos proporcionará más protección y la flexibilidad nos proporcionará comodidad al caminar, mayor adaptación al terreno y tracción en cada paso. El calzado de senderismo ha de ser flexible en la zona de unión entre metatarso y dedos y en la zona de la caña para permitir movimiento al tobillo.

Una bota muy dura y resistente, suele ser menos flexible que una más blanda.

  • Transpirabilidad/Impermeabilidad

Por un lado, necesitamos ir cómodos, secos y evitar sobrecalentamientos; para eso necesitamos que el calzado transpire. Por otro, al aire libre, necesitamos ir protegidos contra la lluvia o la nieve, el barro, los charcos, ríos que cruzar, prados que están húmedos por la mañana…

Las botas duras y resistentes, transpiran poco debido a la acumulación de materiales.

  • Seguridad

Es consecuencia de todo lo anterior. Un calzado que agarre en todas las situaciones, que nos proteja de golpes, de roces, de la orografía, de las inclemencias meteorológicas, que nos permite cargar una mochila con peso, nos hará ir seguros en un terreno complejo como la montaña y la naturaleza.

  • Comodidad

Es importante no sólo porque nos permitirá disfrutar del senderismo sino también porque un calzado que nos haga daño, o incluso rozaduras y ampollas, nos hará pisar de forma insegura, aumentando las posibilidades de accidente.

No obstante, la seguridad prima sobre la comodidad, Probablemente vayamos más cómodos con sandalias o zapatillas que con botas o con un calzado más blando que uno más rígido, pero cada situación requiere un tipo de calzado.

Se trata de que, una vez elegido el tipo de calzado, busquemos el modelo que, con las prestaciones requeridas, nos haga sentir más cómodos.


Tipos de calzado

Existe una amplia variedad de calzado y su elección dependerá de nuestras necesidades y gustos y de lo que nos queramos gastar.

Materiales:

  • Calzado sin membrana: Son muy transpirables pero no son impermeables.
  • Calzado con membrana: Por ejemplo, el Gore-Tex®. Soluciona en parte el problema Transpirabilidad/ Impermeabilidad, ya que permite al pie transpirar, a la vez que es impermeable. Pero hay que tener en cuenta que, a pesar de ser transpirable, no lo es tanto como un calzado sin membrana.
  • Calzado de piel: Es bastante pesado y no demasiado transpirable. Lo hay con y sin membrana.
 

Clases:

  • Sandalias: No son recomendables para caminar por monte, pero con una robusta suela de senderismo son fresquitas y ligeras y pueden usarse en verano para caminar por caminos de tierra y senderos sin piedras ni vegetación. Eso sí, de vez en cuando hay que parar para sacarse alguna piedrecita. Sí son muy recomendables como calzado de descanso después de la ruta.
  • Zapatillas de senderismo: Se caracterizan por su ligereza y flexibilidad y al no tener caña transpiran mejor. Su defecto es que no aportan tanta sujeción como las botas y no protegen el tobillo. A pesar de ello, pueden resultar ideales para rutas de un día y en las que no vayamos a cargar demasiado peso en la mochila.
  • Botas de caña media: Calzado igualmente ligero y flexible, pero que aporta algo más de sujeción en el tobillo. Especialmente indicadas para personas con problemas en los tobillos o que pesan bastante pero que no quieren renunciar a la ligereza.
  • Botas de caña alta: Son el calzado de senderismo por antonomasia. Las botas son la mejor elección para rutas de varios días, más exigentes, en las que carguemos con mochilas más pesadas porque es necesario transportar más equipo y, también, para personas que renuncian a la ligereza en pos de una gran sujeción de los tobillos y una buena estabilidad de sus articulaciones.
  • Botas de alpinismo: Indicadas para casos muy específicos, como aproximaciones a altas cumbres o terrenos realmente complicados con presencia de hielo y nieve (son ideales para acoplarles raquetas o crampones). No deberían ser nuestra elección para rutas sencillas estándar, en las que resultarán excesivamente rígidas y pesadas.


La elección

  • Dentro de los diversos tipos, la elección dependerá del tipo de terreno por el que vayamos a caminar, de la climatología y de los gustos.

  • Independientemente del calzado que elijamos, es especialmente importante la suela, que debe adaptarse bien a terrenos mixtos y sueltos, de forma que resulte un calzado versátil.
  • Si habitualmente transitamos por zonas cálidas, poco húmedas, por sendas y zonas con poca dificultad, podemos elegir modelos con menor resistencia y sin membrana.
  • En los demás casos, la seguridad y la protección, van siempre por delante de otros factores.


Los calcetines

Tan importante como la elección del calzado es la elección de unos calcetines adecuados. Unos calcetines resistentes, sin costuras (costuras planas), que ajusten perfectamente y no hagan arrugas, transpirables, con refuerzos en la puntera y el talón y con una capacidad de retención térmica acorde a la época del año en que los vayamos a emplear son imprescindibles, si queremos sacar el máximo partido a nuestro calzado de senderismo y proteger convenientemente nuestros pies.

  • Calcetines tobilleros: Ideales para usar junto a unas zapatillas de senderismo de caña baja, en época estival y en terrenos en los que no sea previsible la existencia de maleza, arbustos u otros elementos que puedan ocasionar arañazos y lesiones en los tobillos.
  • Calcetines de media caña: Estos resultarán más apropiados para usar con botas de media caña e incluso botas de caña alta. Además nos proporcionarán una protección extra de los tobillos, evitando rozaduras de la maleza si, por ejemplo, pensamos usar un pantalón corto.
  • Calcetines de caña alta: Estos calcetines te aportarán una protección extra, tanto térmica como frente a rozaduras. Resultan ideales en rutas que transitan por lugares en que abunda la maleza, monte cerrado o campo a través. Además son la mejor opción en invierno si queremos mantener un alto confort.


La compra

  • Al comprar el calzado de senderismo hay que pedir una talla más que la que solemos calzar habitualmente.

  • Cuando te pruebas unas botas duras en la tienda es muy complicado saber con certeza si son tu talla óptima. Tan malo es que te quede grande como justo. Si es demasiado grande restará estabilidad y se moverá provocando rozaduras en tus pies, por otro lado debes tener espacio suficiente para que en las bajadas tu pie pueda desplazarse un poco hacia la punta sin tocarla con tus dedos.
  • Deben probarse con los calcetines adecuados y no un pie sólo sino el par completo, caminando a ser posible en una superficie algo inclinada y no llana, para comprobar que se adapta perfectamente a nuestros pies sin que éstos se desplacen dentro del calzado o por el contrario queden muy justos dentro de él y ello pueda ocasionarnos molestias y rozaduras.
  • Procura siempre tener una buena holgura para los dedos (mínimo 1 cm entre los dedos y punta de la bota) y una buena sujeción del talón. Para comprobarlo, desátalo y desplaza tu pie todo lo posible hacia delante. Una vez hecho esto, comprueba que te sobra un dedo holgadito en la parte trasera.


Uso

  • No estrenes calzado para hacer una ruta y menos si es larga o de varias etapas consecutivas.
  • Jamás deben usarse calcetines normales, con costuras, sólo conseguiremos roces, ampollas e incomodidad.
  • Si se utilizan calcetines con costuras, ponerlos del revés, con la costura por fuera, para evitar rozaduras.
  • A la hora de atar los cordones, procura encontrar el nivel adecuado; el pie debe estar firmemente ajustado dentro de la bota, pero sin una presión demasiado fuerte.
  • Si es posible, lleva calzado de descanso y mantenlo seco para cambiarte al finalizar la ruta. Puedes dejarlo en el autobús.


Mantenimiento

Antes de cada uso

Comprobar que el forro Gore-Tex® esté libre de restos de suciedad. Se recomienda sacudir o cepillar el interior, ya que las pequeñas piedras, etc. pueden dañar el forro, perjudicando la impermeabilidad.

Secado

Quitar la plantilla, introducir hojas de periódico que absorban la humedad y dejar secar el calzado de forma natural, sin exponerlo directamente a ninguna fuente de calor como secador de pelo, fuego, radiador, al sol, etc. pues podemos deformarlo además de que es perjudicial para las pieles deshidratándolas y acartonándolas, pudiendo llegar a agrietarse en las zonas de flexión.

Limpieza

Una vez que se haya evaporado toda la humedad, cepillar la suciedad de todos los materiales, sin olvidar la suela y el interior de la bota.

Si la bota ha estado expuesta a suciedad extrema, excrementos de animales o a otras sustancias que puedan perjudicar los materiales, lavarla con un con un paño con agua tibia limpia y/o ligeramente jabonosa, quitando antes la plantilla y los cordones si es necesario. Es necesario volver a aplicar productos impermeabilizantes después de cada lavado.

Por razones de higiene puede ser aconsejable lavar ocasionalmente el interior de la bota y el forro Gore-Tex®. Quitar la plantilla (lavable) y lava con un cepillo bajo un chorro de agua tibia (nunca usar jabón, detergentes o similar).

Nunca lavar en lavadora.

Una vez secas, guardar las botas en un lugar seco y ventilado.

Impermeabilización y mantenimiento de la piel

Si el calzado es de piel, es necesario aplicarle periódicamente crema nutritiva para pieles para evitar que se seque y se cuartee.

Para mantener la impermeabilidad de la membrana de Gore-Tex®, es necesario aplicar periódicamente (y siempre después de cada lavado de la bota) productos impermeabilizantes.

Aplicar periódicamente vaselina a los ganchos metálicos como protección contra la corrosión.

La utilización de otros productos, sobre todo aquellos basados en grasas, aceites o silicona, pueden impermeabilizar, pero taponan los poros de las pieles que permiten la transpiración del pie.

La Ropa

El senderismo es una actividad que se puede realizar en multitud de ambientes y climas y en distintas épocas del año. Mantenernos secos es un objetivo independientemente del clima y de la época del año. Estar abrigados es crucial en invierno y en lugares y climas en los que predominen las bajas temperaturas, aunque también debemos procurar no enfriarnos para evitar lesiones y molestias en cualquier lugar y época del año.

Para conseguir estos objetivos y mantener nuestra temperatura corporal estable, una buena recomendación es seguir la teoría de las 3 capas:

  • Una capa seca, segunda piel
  • Una capa caliente, de abrigo
  • Una capa de protección, “coraza”

Primera capa – Capa interior seca, la segunda piel

Cuando realizamos ejercicio físico aumenta nuestra temperatura corporal. Para refrigerarse el cuerpo reacciona con la transpiración, lo que conocemos como sudor. Este agua al evaporarse cede calor por lo que disminuye la temperatura.

Si el sudor empapa nuestra ropa, además de la sensación de humedad, sentiremos este descenso de temperatura, sobre todo si estamos expuestos al viento o al frío, lo que disminuirá drásticamente nuestro confort.

La primera capa se va a encargar de alejar el sudor de nuestra piel, evacuándolo al exterior, eliminando la sensación de humedad y evitando que nuestro cuerpo se enfríe.

Esta capa estará formada por tejidos transpirables y no absorbentes, fibras sintéticas como el poliéster u otro tipo de materiales que dejen pasar todo el sudor, sin absorberlo, Son materiales que además tienen un secado rápido, lo que favorece el objetivo deseado, mantenernos secos.

Un error muy común es emplear como primera capa tejidos de algodón, pues se trata de un material muy absorbente y que permite evacuar nuestro sudor.

Estas prendas han de ser lo más ajustadas al cuerpo posible, de forma que el sudor pase directamente a ellas y sea evacuado rápidamente al exterior, evitando además que el aire pueda circular entre ellas y nuestro cuerpo y por tanto producir nuestro enfriamiento antes de que el sudor haya podido ser evacuado.

Para esta primera capa, podemos encontrar prendas como:

  • Camisetas
  • Mallas para las piernas
  • Guantes interiores

Estas prendas también pueden ser térmicas, lo que ayudará a la segunda capa.


Segunda capa – Capa intermedia caliente, nuestro abrigo

La segunda capa se va a encargar de aislarnos térmicamente, calentarnos, abrigarnos, es decir de conservar el calor producido por nuestro propio cuerpo para evitar el enfriamiento.

Dependiendo del rigor del clima y las temperaturas a que nos vayamos a enfrentar esta capa será más o menos necesaria. No hay que olvidar que al practicar senderismo, especialmente en zonas de montaña, las condiciones climatológicas pueden cambiar mucho en un corto período de tiempo.

Las prendas de esta segunda capa también han de ser transpirables y favorecer la evacuación del sudor, y mantener estas propiedades aislantes y transpirables intactas incluso estando mojadas.

La lana y las fibras sintéticas como el poliéster son apropiadas para este cometido. La lana retiene más el calor y las fibras sintéticas tienen un secado más rápido. También existen en el mercado tejidos mixtos que combinan ambos materiales y que resultan ideales.

Para esta segunda capa, podemos encontrar prendas como:

  • Forros polares
  • Pantalones de senderismo
  • Gorros
  • Guantes polares o manoplas
  • Calcetines
  • Etc.

Tercera capa – Capa exterior de protección, nuestra coraza

La tercera capa se va a encargar de protegernos de los factores externos, como lluvia, nieve o incluso charcos, salpicaduras,… y del viento.

Las prendas de esta capa también han de ser transpirables y capaces de expulsar el sudor al exterior. De lo contrario, nuestro sudor empapará de nuevo las otras dos capas y estas perderán sus propiedades y su función, ocasionándonos sensación de frío y humedad.

Esta coraza, protegernos no sólo de los agentes atmosféricos sino también de posibles rozaduras con ramas, piedras, o incluso nuestra propia mochila.

Para esta tercera capa, podemos encontrar prendas como:

  • Chaquetas con membrana impermeable (membranas técnicas como el Gore-tex©, transpirables e impermeables)
  • Pantalones con membrana impermeable
  • Cortavientos
  • Guantes con membrana

Estas membranas técnicas permiten al tiempo la impermeabilidad y la transpiración. Esto se consigue porque están formadas por materiales porosos. Se trata de poros microscópicos lo suficientemente pequeños como para que no pasen las gotas de agua y lo suficientemente grandes como para que pase el vapor de nuestra propia transpiración.

Una buena prenda debe garantizar la impermeabilidad y transpiración no sólo con una membrana de calidad, sino que tanto las costuras como las cremalleras también deben ser estancas, debiendo ir termoselladas en vez de cosidas.


Recomendaciones

  • Un impermeable, nos protege de la lluvia exterior, pero al no ser transpirable ocasionará que se condense y no pueda evacuarse la humedad producida por nuestra propia transpiración y que nuestro propio sudor nos empape por dentro.
  • Los cortavientos nos protegen del viento, pero no suelen ser impermeables. Sin embargo, suelen ser mucho más transpirables y por tanto pueden estar más indicados si no se va a hacer frente a la lluvia o la nieve.
  • Existen prendas denominadas “shoftshells”, que son un híbrido entre forro polar y cortavientos, que pueden resultar apropiadas como tercera capa de protección, en climas secos siempre y cuando no se prevea la existencia de lluvia o nieve.
  • Hay ropa de senderismo específica para el verano, pero es en invierno cuando no puedes fallar con tus prendas.
  • Es recomendable disponer siempre de las tres capas, pudiendo emplearlas o no en función de las circunstancias de cada momento. Si no es necesario llevarlas puestas, al menos debemos llevarlas en la mochila.

Las tres capas es una vestimenta muy flexible y adaptable a cualquier condición. Su ventaja es que nos permite combinarlas y hacer frente a las circunstancias de cada momento sin perder confort.

  1. Un día seco y soleado puede ser suficiente con la primera capa.
  2. Más tarde puede aparecer viento y bastará con colocarnos un cortavientos que llevemos en la mochila.
  3. En los altos, al atardecer o en zonas en sombra podemos sentir frío y ponernos el forro polar.
  4. Y finalmente, si empieza a llover, ponernos la chaqueta con membrana o la chaqueta sin el forro polar si aun no ha descendido la temperatura exterior.